FAQ

La Pedagogía Waldorf es un enfoque educativo único que se practica en las escuelas Waldorf de todo el mundo, desde hace 100 años. Éstas forman colectivamente el mayor grupo de escuelas independientes sin ánimo de lucro del mundo, y posiblemente el de más rápido crecimiento. No existe una estructura administrativa centralizada que rija todas las escuelas Waldorf; cada una es administrativamente independiente, aunque hay asociaciones establecidas que proporcionan recursos, publican materiales, organizan conferencias y promueven la Pedagogía.

Surge como parte del importante movimiento contemporáneo de modernización de la educación que tuvo lugar a principios del siglo XX. Creada por el filósofo austríaco Rudolf Steiner, su principal objetivo es formar seres humanos libres que sean capaces de dotar, por sí mismos, de un propósito y dirección a sus vidas.

La Pedagogía Waldorf se basa en un profundo conocimiento del ser humano. Su fin es conducir al niño hacia un desarrollo equilibrado de su intelecto, de su mundo emocional enriquecido artísticamente y de una voluntad sana y activa. De este modo, sus pensamientos, sentimientos y actos podrán hacer frente a los desafíos prácticos de la vida. Todos los aprendizajes incorporan una disciplina artística que equilibra saludablemente el trabajo intelectual. 

El motor de la motivación del niño en el aprendizaje es el desarrollo de su curiosidad innata y del entusiasmo por los conocimientos, es decir, se favorecen los factores intrínsecos como determinantes del aprendizaje. Esto únicamente sucede cuando los maestros están tan interesados y entusiasmados en las materias como sus propios alumnos.

La muestra más clara sobre qué es único de la Pedagogía Waldorf podemos encontrarla en las siguientes palabras: “Nuestro mayor esfuerzo debe ser el desarrollo de seres humanos libres que sean capaces, por sí mismos, de impartir propósito y dirección a sus vidas».

El objetivo de la Pedagogía Waldorf es educar al niño de forma integral (cabeza, corazón y trabajo con las manos). El currículo es muy amplio y equilibra los contenidos teóricos con el arte y las actividades de tipo manual. Los maestros persiguen despertar en cada niño un auténtico interés por el aprendizaje. El arte y las actividades prácticas se ponen al servicio de la enseñanza puramente teórica, desarrollando en el niño la motivación intrínseca por el aprendizaje, sin necesidad de usar la competitividad de las notas como incentivo.

Algunos rasgos distintivos de la Pedagogía Waldorf son:

– Enfoque no académico en los primeros años de escolaridad. Los jardines de infancia Waldorf siguen un modelo metodológico que omite el contenido estrictamente académico, poniendo el énfasis en el desarrollo de las competencias pre-académicas. La etapa de los 3-6 años se entiende como vital para el desarrollo del niño, con objetivos y metas basados en su momento concreto de desarrollo, sin adelantar los contenidos de la etapa de la Educación Primaria. Rigen los principios de autonomía, libertad de movimiento, el aprendizaje social o el aprendizaje intuitivo a través de la experimentación y el juego libre. El aprendizaje formal de la lecto-escritura comienza en 1º de Primaria.

– En la Educación Primaria, los alumnos tienen un maestro tutor que los acompañará durante los seis cursos de esta etapa.

– En los primeros cursos, los contenidos se introducen a través de actividades artísticas y de movimiento, más adecuado a su modo natural de aprendizaje. Todos los niños aprenden a hacer punto, ganchillo, a coser y a tocar la flauta dulce.

– No hay libros de texto. Los libros de texto son los cuadernos de cada materia, que cada niño va elaborando a lo largo del año. En ellos recogen lo que han hecho y aprendido.

– La enseñanza en un colegio Waldorf tiene un enfoque no competitivo. No se entregan notas a los niños durante la etapa primaria (sólo a los padres); cada maestro tutor y especialistas escriben una evaluación cualitativa de cada alumno al final de cada curso escolar.

– En las escuelas Waldorf se desaconseja encarecidamente el uso de medios electrónicos, especialmente la televisión, por parte de los niños pequeños.

Los maestros y profesores de Geroa Waldorf Eskola tienen formación universitaria en Educación Infantil y Educación Primaria  (Diplomatura o Grado) y la especialización en Pedagogía Waldorf (3 años más) y los de Secundaria, Bachillerato y formación universitaria en sus respectivas disciplinas y la titulación exigida para ejercer de profesor. A su vez, muchos de ellos han cursado otras carreras universitarias y tienen otros intereses académicos y artísticos con los que enriquecen su formación. La experiencia de trabajo de cada uno de ellos forma parte de la diversidad de la escuela, de modo que encontramos maestros jóvenes al lado de otros con más años de experiencia.

Ser maestro Waldorf es un reto muy exigente porque hay que estar en constante proceso crecimiento no sólo profesional, a través de reflexiones, de lecturas, de cursos o en el marco del claustro de maestros todos los jueves, sino también de crecimiento personal. Esto le permite ir cultivando todas las cualidades necesarias para ser un buen maestro, como el estar presente, la capacidad de observación objetiva con ausencia de juicio, la quietud y el silencio, la veracidad y ser honestos con uno mismo. Todo esto implica un largo camino de trabajo del maestro, que tiene que ir autoeducándose, ya que se concibe la educación como un arte.

En las escuelas Waldorf, los maestros conocen muy bien a sus alumnos y comparten con ellos un lapso considerable de tiempo.  Desarrollan un interés particular por cada uno, logrando una comprensión única de las necesidades educativas, sociales y emocionales de cada estudiante. Este vínculo estrecho aumenta las capacidades del maestro para guiar y apoyar a cada alumno a través del plan de estudios.

Si bien lo ideal es que el maestro tutor pueda acompañar a sus alumnos durante los seis años de su escolaridad primaria, hay ocasiones en las que esto no siempre es posible.

La evaluación es realizada en una doble vía. Los maestros y profesores realizan una evaluación del progreso de cada alumno al final de cada trimestre.  Esto se complementa con una autoevaluación que cada alumno realiza de su propio trabajo y aprendizaje.  A finales de curso se realiza una evaluación completa de todas las asignaturas que se presenta en la forma de informe de evaluación de fin de año. Cada maestro tutor y cada especialista realizan una evaluación cualitativa del trabajo del alumno durante ese curso escolar. Estas evaluaciones incluyen, también, las notas oficiales.

Las investigaciones muestran que el 94% de los alumnos graduados de escuelas Waldorf en Norteamérica (EEUU y Canadá) cursan estudios universitarios y un 55% terminan con un nivel de estudios de Masters y Doctorado. Los alumnos de escuelas Waldorf son, además, muy bien valorados por los profesores universitarios.  

En Europa, estudios que comparan los resultados de las pruebas de acceso a la universidad en Alemania hallaron que el porcentaje de graduados de escuelas Waldorf que pasaron el examen fue el doble o el triple que los estudiantes del sistema estatal.  

En España, aún no existen estudios de este tipo, pero los alumnos de la Escuela Libre Micael (la única escuela Waldorf que ofrece estudios de bachillerato en Madrid) tiene un porcentaje de aprobados en selectividad en línea con la media de los institutos públicos.

Los alumnos de nuestra escuela que han continuado estudiando en Bachillerato y después en la universidad no han tenido ningún problema para adaptarse al sistema oficial en todas sus variantes  y obtienen muy buenas calificaciones.

En la educación Waldorf creemos que la exposición a las nuevas tecnologías es contraproducente para el desarrollo de la imaginación y la capacidad del niño para gestionar su propio entretenimiento. Ya existen investigaciones que indican que el impacto de los medios electrónicos tiene efectos perjudiciales para el crecimiento y el desarrollo saludable de los niños. 

Si bien sabemos que éstos forman parte de la vida cotidiana de las familias, animamos a éstas a limitar de manera significativa la exposición de sus hijos a la televisión, películas, videojuegos, ordenadores, móviles y otros medios electrónicos. Como mínimo, se espera que los niños no estén expuestos a pantallas, ni utilicen aparatos electrónicos durante la semana escolar. Reconocemos que esto puede ser una transición difícil, sobre todo si los niños han tenido mucha interacción con dichos medios antes de asistir a la escuela Waldorf. La escuela y las familias que componen la comunidad educativa prestan apoyo a las familias nuevas a la hora de hacer esta transición.  

No se trata de no incluirlas en el currículo de enseñanza, sino de hacerlo a la edad adecuada.

Se apuesta por una educación bilingüe, dándole a la palabra bilingüe su verdadero significado: se trabaja en euskera y en castellano, dos lenguas que tendrán como modelo a profesorado capacitado.

El desarrollo apropiado de la lengua materna es imprescindible para que el niño capte de verdad el valor de una lengua y posteriormente pueda aprender otras. Es por eso que el niño necesita libertad para expresarse en su idioma y desarrollarlo en todo su ser.

Todo esto implica que en el Jardín de Infancia a cada niño se le hablará en su lengua materna. Como el niño aprende con todo su ser, pronto será capaz de adquirir el otro idioma, por imitación y oído.

El niño, hasta los 9 años (2º ciclo de Educación Primaria) puede aprender un idioma y su estructura con todo su ser y sin necesidad de conceptos intelectuales, por eso la importancia de empezar con un tercer e incluso con un cuarto idioma antes de esa edad.

En Educación Primaria se tendrá en cuenta el nivel de cada alumno y a partir de ahí se irán desarrollando sus capacidades lingüísticas en ambos idiomas. Las diferentes asignaturas se impartirán en uno u otro idioma dependiendo de las circunstancias particulares de cada grupo, teniendo siempre en cuenta que el fin en este sentido es el dominio de ambas lenguas.

En el año 1919, Rudolf Steiner, filósofo y científico austriaco fue invitado para dar una serie de conferencias a los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria, en Stuttgart, Alemania.

 Fruto de ello, el dueño de la fábrica, Emil Molt, pidió a Rudolf Steiner que creara y dirigiera una escuela para los hijos de los empleados de la fábrica.  Steiner accedió, poniendo cuatro condiciones: el colegio debía estar abierto a todos los niños; debería ser para niñas y niños; debería tener los doce años de escolaridad; los maestros deberían asumir el liderazgo en la dirección del colegio y se reduciría al mínimo la injerencia gubernamental.  Molt accedió a cumplir esas cuatro condiciones, y tras un periodo de formación de los futuros maestros, el Die Freie Waldorfschule abrió sus puertas el 7 de septiembre de 1919.

Fundador y creador de la Pedagogía Waldorf, Rudolf Steiner (1861-1925) era de nacionalidad austriaca.  Estudió Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza en la Escuela Técnica Superior de Viena, y cursó estudios en las facultades de Filosofía, Literatura, Psicología y Medicina.

A los 21 años se le encargó la publicación y los comentarios de los escritos científicos de Goethe. Partiendo del pensamiento de dicho autor, desarrolló un método de observación e investigación sobre el ser humano y su crecimiento paulatino por etapas.

Fruto de su bagaje académico y de su conocimiento sobre el desarrollo vital del ser humano, creó la Pedagogía Waldorf. Desde su creación, en 1919, ha conocido una fuerte expansión, convirtiéndose en uno de los Movimientos de Pedagogía Libre más importantes del mundo.

La Pedagogía Waldorf es la aplicación a la educación de la Antroposofía. El término «antroposofía» proviene del griego «anthropos-sophia» o «sabiduría humana». Steiner creo un método científico riguroso mediante el cual uno podía investigar por sí mismo en los mundos espirituales. La investigación, también conocida como Ciencia Espiritual, es un complemento obvio a las Ciencias Naturales tal y como se han desarrollado en el la edad contemporánea. Mediante el estudio y la observación, se busca el despertar a la propia naturaleza interior y las realidades espirituales de la naturaleza exterior y el cosmos. La conciencia de esas relaciones tiene como resultado una actitud de respeto, reverencia y admiración hacia todo lo vivo. Steiner y muchas personas desde entonces, que comparten sus puntos de vista básicos, han aplicado este conocimiento de diversas formas prácticas y culturales en comunidades de todo el mundo. En particular, las escuelas Waldorf han tenido un impacto significativo en el mundo. La educación curativa, para adultos y niños con discapacidades mentales y emocionales, ha establecido un profundo entendimiento y trabajo con personas que tienen este difícil destino. La agricultura y la jardinería biodinámicas amplían enormemente la gama de técnicas disponibles para la agricultura orgánica. La medicina antroposófica y la farmacia, aunque menos conocidas en Estados Unidos, son temas de creciente interés.

Debe quedar muy claro que, si bien la Antroposofía constituye la base teórica de los métodos de enseñanza utilizados en las escuelas Waldorf, no se enseña a los estudiantes de las escuelas.

No, si se entiende por religiosidad la adscripción a las creencias de una determinada confesión religiosa. En las escuelas Waldorf se cultiva el estudio de las principales religiones del mundo – ubicadas en su marco histórico y con un respeto absoluto hacia todas ellas – por lo que también se muestra el aspecto trascendental de la vida; esto da confianza y seguridad a los niños, sobre todo cuando son pequeños.

Las clases de doctrina religiosa no forman parte del plan de estudios Waldorf y a sus escuelas asisten niños de familias de cualquier confesión. La guía espiritual tiene como objetivo despertar la reverencia natural del niño por la maravilla y la belleza de la vida.

La euritmia es una forma de arte similar a la danza en la que la música o el habla se expresan en movimientos corporales; los movimientos específicos corresponden a notas o sonidos particulares. También se le ha llamado «habla visible» o «cantar visible».

La euritmia forma parte del plan de estudios de todas las escuelas Waldorf y, aunque a menudo desconcierta a los padres nuevos, los niños responden bien a sus sencillos ritmos y ejercicios que les ayudan a fortalecer y armonizar su cuerpo y sus fuerzas vitales; más tarde, los estudiantes mayores crean elaboradas representaciones eurítmicas de poesía, teatro y música, obteniendo así una percepción más profunda de las composiciones y escritos.

La euritmia mejora la coordinación y fortalece la capacidad de escuchar. Cuando los niños se perciben a sí mismos como una orquesta y tienen que mantener una relación clara en el espacio entre ellos, se produce un fortalecimiento social.

La euritmia suele ser impartida por un especialista que ha recibido formación específica en esta disciplina, durante al menos cuatro años.

La razón principal es que las escuelas Waldorf honran y protegen la maravilla de la infancia. No se escatiman esfuerzos para que las escuelas sean entornos seguros y enriquecedores para los niños, en los que puedan desarrollar su individualidad a un ritmo adecuado.

La Pedagogía Waldorf tiene una filosofía coherente de desarrollo infantil y de los adolescentes que subyace en su plan de estudios. Todas las materias se introducen de forma adecuada a la edad y madurez de los alumnos.

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